Tras el difícil año 2020, muchas empresas han llegado a 2021 con graves problemas relacionados con la crisis del coronavirus. Los cambios que han sucedido en la economía en apenas meses parece que van a dejar una huella profunda en el sector empresarial.
Ante esta situación, muchas empresas han optado por contratar freelance (trabajadores independientes).
Los modelos habituales de negocio y contratación se han quedado obsoletos en muchos casos. Las compañías han descubierto en esta crisis que, para ser competitivas y sobrevivir, es necesario que cuenten con la mínima estructura necesaria. Hoy en día, podemos delegar un gran número de tareas en trabajadores freelance.
El auge del empleado freelance
Utilizar trabajadores autónomos para acciones complementarias o para labores muy concretas es una manera de conseguir una estructura sólida y optimizada. No podemos olvidar que, para la gran mayoría de empresas, los gastos en personal representan uno de los costes más altos. Para evitar esto, es importante considerar qué tareas son imprescindibles en el día a día y cuáles se pueden conseguir de manera puntual y de forma colaborativa.
¿Por qué las empresas se fijan en esta modalidad de contratación?
Como mencionábamos antes, los gastos de personal representan uno de los montos más importantes en los gastos de una compañía. Vivimos en un momento en el que la tendencia es conseguir un desempeño más eficiente que ahorre el tiempo del empleado y recursos económicos a la empresa.
En este sentido, trabajar por proyectos o con tareas muy definidas ayuda a tener el trabajo listo en el tiempo óptimo, por un precio pactado y sin necesidad de mantener una serie de condiciones laborales, ya que estas van incluidas en los honorarios del trabajador. Por lo tanto, el pago se reduce a una transacción por una tarea realizada en favor de la empresa. En algunos casos, se puede desarrollar una relación más estrecha, especialmente si el freelance empieza a ser recurrente en las subcontrataciones.
Los recursos, vacaciones y demás cuestiones quedan relegadas al ámbito del profesional autónomo. La empresa puede confiar en que tendrá el trabajo concreto realizado de manera puntual, cuando lo pida.
A la hora de hacer reestructuraciones, muchas empresas descubrieron que algunos puestos estaban cubiertos por personas que no eran necesarias durante toda la jornada laboral. Es decir, este modelo de cinco días a la semana y ocho horas diarias no se adapta a todos los empleos.
Por ejemplo, los gestores de redes sociales y los community managers trabajan algunas horas al día con cada cliente. Si este profesional hubiera estado en nómina de alguna empresa, probablemente no habría tenido gran cosa que hacer, ya que, al final de la semana, cada compañía habría utilizado sus servicios apenas unas horas. De este modo, un gran número de organizaciones dejarían de tener actividad en redes sociales, puesto que no podrían incorporar a un profesional solo para llevar a cabo las acciones de marketing.
¿Cómo ha cambiado la tendencia de esta forma de trabajo antes y después de la pandemia?
Antes de la irrupción del coronavirus, muchas empresas no realizaban algunos de los trabajos que se suelen ofrecer en este formato: diseño web, programación, redes sociales, escritura y traducción, etc. Así, solo las compañías con más presupuesto y tamaño podían acceder a ciertos servicios.
Desde el punto de vista del trabajador, muchos recibían encargos de manera informal y sin regulación, lo que afectaba directamente a su categoría profesional. Sin embargo, desde el inicio de la pandemia, muchas empresas han ido adaptando su tamaño a las posibilidades económicas que nos ofrece este mercado actual con restricciones y en crisis.
Esta situación de necesidad ha empujado a muchas organizaciones a agudizar el ingenio y a apostar por plataformas que les pongan en contacto con los profesionales autónomos. De este modo, podemos seguir trabajando en ciertos ámbitos mediante inversiones puntuales y controladas. En este contexto se encuentran empresas como Fiverr, plataforma en la que se ofrecen servicios profesionales muy concretos y de calidad, cuyo principal objetivo es ayudar a las organizaciones a ponerse en contacto con profesionales autónomos con unas condiciones fijas desde el inicio y con pagos protegidos.
No todas las empresas estaban dispuestas a trabajar con personas de manera online. De hecho, existía un prejuicio hacia este tipo de empleados. Sin embargo, la nueva situación empujó a la mayoría de profesionales del sector servicios a apostar por el teletrabajo.
Esto ha servido indirectamente para abrir la puerta a muchos autónomos que ahora gozan de la comprensión de las empresas. Durante esta crisis, todos hemos aprendido que es posible trabajar desde casa y que tiene sus ventajas. Parece que, a partir de ahora, va a ser la norma incluso en diversos sectores de la economía.
En la actualidad, el auge del teletrabajo está llenando la red de profesionales dispuestos a ofrecer su talento en un mercado flexible. No todos encuentran trabajos estables ahora mismo, pero muchos consiguen proyectos y colaboraciones que les proporcionan libertad y una fuente de ingresos.
No debemos olvidar que este sistema ha sacado a muchas personas del desempleo, ya que su talento o sus capacidades no tenían hueco en el mundo laboral de las jornadas de 8 horas cada día de la semana. La apertura de nuevos formatos ha supuesto que diferentes compañías se hayan interesado por sus perfiles. Esto ha permitido que hombres y mujeres con talento y perfectamente capacitados trabajen desde casa para varios clientes.
El futuro se encamina en este sentido. En principio, los puestos clave en una empresa se mantendrán como hasta ahora. Por el contrario, aquellos que son vistos como complementarios o secundarios podrán ser subcontratados a autónomos o a otras compañías. Sin lugar a dudas, esto supone una oportunidad para adaptar las estructuras de las organizaciones al mercado actual. También es un paradigma que puede beneficiar la incorporación a las dinámicas de trabajo de muchos profesionales, tanto jóvenes como mayores.
En conclusión, el teletrabajo y las contrataciones freelance parece que han llegado para quedarse. Si queremos adaptarnos a los nuevos tiempos, se puede apostar por esta nueva forma de colaboración laboral.